Ser Complaciente proviene del Trauma
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Ser Complaciente proviene del Trauma

Posiblemente has escuchado que cuando estamos frente a un evento adverso el cerebro presiona el botón de ansiedad y el cuerpo tiene la respuesta congelamiento-huida-pelea, hoy te cuento de una más…

Existe una cuarta respuesta que el cerebro activa cuando se encuentra en una situación que considera peligrosa y esa es ser Complaciente.


¿Qué significa ser Complaciente?


Imaginemos un hogar en el que hay un padre que puede reaccionar “mal” cuando se enoja o viene cansado del trabajo. Tú como su hijo/a te has dado cuenta desde pequeño que esto es un patrón, y frente al evento estresante (sus malas reacciones) tienes algunas opciones como mecanismo para sobrevivir:

  • Podrías congelarte y quedarte petrificado frente a sus gritos o insultos.

  • Podrías salir corriendo y esconderte bajo la cama cada vez que llegue a casa.

  • Podrías gritar tu también y arrebatarte.

  • O quizás, tratar de complacerlo.

Puede sonar raro…. hasta contraintuitivo

¿Por qué un niño complacería a una persona que lo hace sentir en peligro?


No pierdas de vista que aunque este padre puede ser agresivo o desvinculado emocionalmente, igual su hijo/a lo quiere y busca su aprobación y afecto.


Con lo cual en este escenario este niño/a entiende que debe COMPLACER para no recibir regaños, para apaciguar el mal humor de su padre, para “llevar la fiesta en paz”, para evitar que los arranques de su padre afecten a otras personas de su familia (rol de cuidador) y empieza a moverse en esa dirección.


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¿Cómo funciona el cuerpo cuando se es Complaciente?


El cuerpo se enfoca en prestar mucha atención a lo que el otro necesita para atender a sus necesidades. Esto implica que se “desconecta” de sus propias sensaciones y se entumece (no siente nada) de sus propias necesidades.


Con el tiempo el niño/a crece y aprende a vivir desvinculado de sus emociones y necesidades para dar prioridad a otras personas. Este patrón luego estará presente con sus parejas, amigos, compañeros e hijos.


¿Qué creencias irracionales puede tener una persona que complace?


Cuando el niño/a ha aprendido a obtener seguridad con este mecanismo de complacer a otros (para no recibir consecuencias), se ocupa de las necesidades emocionales de un adulto (su cuidador) y crea en su mente las siguientes creencias:

  • “Espero que al ocuparme de él (padre), se ocupe de mi”

  • “Si muestro mis verdaderas emociones, algo malo me puede pasar”

  • “Siempre hay que andar con cuidado, no se sabe cuándo vaya a explotar”

  • “Yo me adapto según el humor con el que esté (el cuidador)”

Luego en el tiempo, estas creencias en la forma en que uno se relaciona con otra persona, son transferidas a las relaciones con los amigos en el colegio, con los maestros (y otras figuras de autoridad) y luego a las parejas.


Ser complaciente proviene del Trauma
Ser complaciente proviene del Trauma
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Pasos para empezar a sanar


1. Acceder a la sabiduría interna

Esta conducta de supervivencia ha hecho que te hayas desconectado de tu cuerpo (necesidades físicas), tus emociones y sensaciones. Es importante empezar a notar a lo largo del día: ¿Cómo se siente el cuerpo?, ¿Qué emoción tengo?, ¿Qué necesita mi cuerpo?

Una vez lo practiques varias veces en el día, anótalo en tu Journal (Diario de Emociones) para empezar a reconectar con tus necesidades.


2. Vocaliza lo que necesitas

Una vez sepas lo que necesitas, es importante empezar a verbalizarlo, puedes iniciar escribiéndolo en el Journal si se siente más seguro, antes de hablarlo con otras personas. Puedes empezar con estas oraciones:
  • Cuando me dijiste eso me hiciste sentir….

  • Lo que más me dio miedo fue …

  • Lo que me hubiese gustado decirte, pero nunca lo hice fue…

  • Sé que soy fuerte porque …

  • Lo que quiero que sepas de mi es ….

 


Wanda Bennasar

Psicóloga Clínica y Psicoterapeuta Sistémica y de Trauma (EMDR)

Contacto: wbennasar@gmail.com / +507 6679-2006 (Panamá)


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